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¿Qué vinieron a hacer y qué hicieron en Chile?

Miércoles 26 de enero de 2005

De manera general, como corolario de todo lo anterior, en cuanto a los partidos políticos chilenos, los franceses no tuvieron ninguna dificultad para integrarse en ellos o brindarles cualquier tipo de apoyo. Lo mismo ocurrió respecto de las organizaciones populares, como las JAP, y los sindicatos, para los sacerdotes- obreros por ejemplo.

• Los VSNA. En primer lugar, no hay que extrañarse que más de una decena de ingenieros y técnicos agrónomos eligieron a Chile para cumplir con su servicio militar, estableciéndose a lo largo del país al servicio de la CORA y demás dependencias del ministerio de agricultura; es así como les tocó asesorar a campesinos de asentamientos, o planificar la producción agrícola de tal o tal región. Algunos de ellos se implicaron en actividades de tipo político, participando en manifestaciones a favor del gobierno de Allende y/o militando en partidos de la UP, lo con que varias reprimendas de parte de los embajadores de Francia no lograron acabar.

Otros VSNA ocupaban cargos en las universidades, ayudantía e investigación, y esto tanto en carreras científicas como humanistas y sociales, especialmente en la Universidad de Chile, en el siempre revuelto “pedagógico” y en Beaucheff. Recientemente egresados de la educación superior, se sentían muy cercanos a los universitarios chilenos, y esto en dos terrenos: el primero respecto a la universidad todavía en proceso de reforma de las tomas de 1967 que tenía muchas semejanzas con lo que pasó en las universidades francesas post mayo ’68, en especial en cuanto al rol de las universidades en el mundo contemporáneo tan desigual, tan autoritario y orientado al consumo; y el otro, en cuanto al vivero de compromisos políticos y sociales que representaba el mundo universitario durante la UP.

En las filas de los VSNA, se encontraban también profesores de los establecimientos franceses, liceos y otros, repartidos a lo largo del país, de Santiago a Osorno. El cuerpo docente francés en general era conocido por ser sino de izquierda por lo menos progresista, y los VSNA docentes, llegados a Chile en estos momentos, no fueron pocos en insertarse de una u otra forma en el proceso chileno, tratando de mantener la discreción debida a sus funciones.

Varios de estos VSNA compartían el mismo lugar de habitación, lo que facilitaba los intercambios y debates entre ellos; sin embargo, cada uno, si era el caso, asumía personalmente su compromiso en referencia mucho más al grupo de chilenos con los cuales lo vivían. Cabe señalar que algunos hicieron lo mismo que universitarios chilenos, y se fueron a vivir en poblaciones. Algunos eligieron a chilenas para formar parejas y/o casarse.

• Los Profesionales. Los que pertenecían al staff de la CEPAL, lugar donde se manejaba mucha información de índole distinta, compartían análisis con chilenos integrados en las instancias de gobierno de la UP, o en otras, sin descartar compromisos a veces más directos.

Los profesores universitarios tenían la posibilidad de estar implicados de más cerca en la puesta en marcha de las reformas universitarias, en otro nivel que los VSNA, con quienes mantenían a veces contacto con uno u otro para intercambiar experiencias.

Los profesores franceses de los establecimientos escolares u otros dependientes del gobierno francés o de otras instituciones, además de los VSNA, apoyaron de una u otra forma el proceso educativo chileno durante la UP, hasta participar en debates sobre el proyecto de la ENU, a menudo para defenderlo como expresión de la “laïcité”, fundamental en la educación francesa, tanto para la formación de “republicanos” como para hacer frente al poder de la Iglesia.

? Vale la pena señalar una iniciativa que el gobierno de Allende puso en marcha a partir de una experiencia francesa: la ENA, Escuela Nacional de Administración. Si bien en la de Francia, creada en 1945, se formaban cuadros de muy alto nivel de la administración, en Chile se pretendía, en una primera etapa, formar a cuadros medios de instancias gubernamentales. Esta iniciativa hace pensar en lo que pasó en el siglo XIX al crear la Escuela de Artes y Manufacturas, la futura UTE, a partir del modelo de la escuela “Centrale” de París, la cual se dedica a la formación de ingenieros de alto nivel. En esta ENA chilena estuvieron participando profesionales franceses, así como VSNA; varios de ellos tuvieron que irse de Chile a pocos días del golpe una vez clausurada esta ENA, dado su carácter eminentemente político.

? Poco conocido en Chile en la época, Alain Touraine va a jugar más adelante un papel preponderante, pues integró la experiencia socio-política chilena hacia el socialismo en sus investigaciones sociales.

• Sacerdotes y Religiosas.
Es el momento para recodar lo que se dijo anteriormente en cuanto a los lazos existentes entre le Iglesia en Chile y en Francia.

En Chile, la gran mayoría de ellos fueron destinados por los obispos chilenos a sectores populares y campesinos, tanto en Santiago como en provincias. En Chile, los sacerdotes dependientes del CEFAL solían reunirse por lo menos una vez al año, pero lo hacían también muy a menudo por grupos para compartir la manera de integrarse del punto de vista pastoral, por ejemplo en la Acción Católica o las CEB, Comunidades Eclesiales de Base cuya iniciativa había nacido recientemente en Brasil, en el proceso vivido por los pobladores y los trabajadores, u otros sectores como los universitarios. Algunos eran sacerdotes-obreros, mientras otros, minoritarios, se comprometían con partidos políticos de la UP. La mayoría pertenecían al grupo “Cristianos por el Socialismo”, nacido en abril de 1971, y trabajaban en la línea de la teología de la Liberación, que empezó a tomar forma el mismo año.

Varios sacerdotes franceses firmaron declaraciones públicas con colegas chilenos y extranjeros (Acción Católica Obrera, Parroquia Universitaria, “Cristianismo por el Socialismo”, entre otros) para expresar su apoyo al pueblo chileno en su esfuerzo para salir de la pobreza y la explotación. El papel de los sacerdotes franceses en las poblaciones en estrecha relación con sus colegas chilenos y extranjeros, fue relevante, pues apoyaban de manera muy variada, según las necesidades y el tipo de compromiso de cada cual, a muchos trabajadores de empresas “intervenidas” o pertenecientes a sindicatos y/o comprometidos en los “cordones”, sobre todo en Santiago, así como con integrantes de las múltiples organizaciones poblaciones.

• No eran pocos los funcionarios de la embajada de Francia y de instancias dependientes del gobierno francés en Chile que miraban con simpatía el proceso en marcha en Chile, lo que provocaba a veces roces comprensibles con otros funcionarios.

Sus análisis y comentarios documentados y acertados no solo permitieron la mantención de una relación de amistad entre ambos gobiernos y pueblos, por ejemplo expresada en la cooperación y los intercambios comerciales y culturales, sino además constituyeron una preparación a la acogida que tanto la embajada como el gobierno francés brindaron a los exiliados después del golpe. Esta actitud sin duda favoreció que participara en la asamblea de la UNCTAD III, celebrada en Santiago en 1972, el ministro de economía y de la cooperación de entonces, Valéry Giscard d’Estaing, quien, una vez elegido presidente de la República a la muerte de Georges Pompidou en 1974, jugó un rol preponderante para orientar la política de su gobierno hacia la dictadura y la acogida de los exiliados chilenos. En nombre de todos ellos, ocupa un lugar especial el embajador al momento del golpe, en Chile desde 1972, Pierre de Menthon, y su esposa, Françoise.

• Sin ninguna duda que los franceses presentes en Chile contribuyeron de manera relevante a la información de sus compatriotas respecto del desarrollo de la situación en Chile. Se mandaron múltiples artículos, crónicas, análisis, comentarios que fueron publicados oportunamente en varios medios de comunicación y revistas,- nacionales, regionales y de la Iglesia -, difundiendo a su vez reproducciones en particular de los murales que tanto llamaban la atención como expresión cultural de lo que buscaba y defendía el pueblo chileno. Vale la pena sin duda señalar los artículos enviados a Le Monde entre 1971-1973, por Pierre Kalfon, entonces “lector” en el Pedagógico de la Universidad de Chile.

• Durante el período de la UP, se desarrolló de manera espectacular lo que quienes estábamos en Chile denominamos el “turismo político” o “turismo upeliento”, pues son muchos los compatriotas que visitaron a Chile, incluyendo a políticos y al mismo Mitterrand. No se puede dejar de relacionar el interés de los franceses por el proceso chileno, pues en estos mismos años por un lado se realizó el Congreso de Epinay (1971) que permitió la unificación de los socialistas en un mismo partido, el Partido Socialista, y por otro, la elaboración del “Programa de Gobierno de la Izquierda” (1972), con el PS y el PC. Estos “turistas” de un género especial hicieron un aporte no despreciable para explicar, y muy a menudo justificar, lo que pasaba en Chile. Hasta tal punto que algunos chilenos bromeaban a estos visitantes preguntándoles a pocos días de su llegada: “ ¿Cuándo sale el libro que vas a escribir? ”. Otros les hacían la observación siguiente: “Han de estar contentos, pues Uds. los franceses no pueden completar su revolución, tienen que exportarla...” Prueba de aquello, en la próxima “Feria del Libro” de Santiago, un stand presentará, a partir de una iniciativa del Servicio Cultural de la Embajada, unos 325 títulos de libros publicados en Francia sobre los períodos de la UP y la dictadura, para regalarlos después a la Biblioteca Nacional de Chile.

• Una vez liberado de las cárceles de Bolivia gracias a la intervención del mismo Allende que se lo llevó como asesor, Régis Debray contribuyó a difundir y ordenar el pensamiento del “Compañero Presidente” a través de “Conversaciones con Allende sobre la situación en Chile” (1971), rápidamente traducidas al francés.